sábado, 25 de julio de 2009

PROLEGOMENOS (VII - COMUNICAR)

Mis viajes con Neugusi – y recorrimos juntos tres mil kilómetros en unas condiciones tan difíciles como arriesgadas – me reafirmaron una vez más en la convicción de que la figura de otra persona entraña una riqueza extraordinaria de lenguajes. Basta con intentar detectarlos y descifrarlos.
Acostumbrados a comunicarnos exclusivamente a través de la palabra hablada o escrita, no nos paramos a pensar en que se trata tan sólo de una de las muchas maneras de comunicarse que en realidad existen.
Y es que todo habla: la expresión de la cara y de los ojos, la gesticulación de las manos y el movimiento del cuerpo, las ondas que emite este último, la ropa y la manera de llevarla, y decenas de otros transmisores, emisoras, amplificadores y silenciadores que conforman la persona y – como dicen los ingleses – química.
La tecnología, al limitar el contacto interhumano al signo electrónico, empobreces y ahoga ese riquísimo lenguaje extraverbal que – cuando estamos cerca, uno al lado del otro, juntos – no paramos de usar para comunicarnos, sin tener siquiera clara conciencia de ello.
Por añadidura, ese lenguaje extraverbal, el de la expresión del rostro y el del más mínimo gesto de las manos, es mucho más sincero y auténtico que el escrito y hablado porque con él resulta más difícil mentir, ocultar la falsedad y el embuste.
Por eso la cultura china, con objetos de que el hombre realmente pudiera ocultar unos pensamientos cuya revelación entrañaba peligro, perfeccionó el arte del rostro inmóvil, de máscara impenetrable y mirada vacía, porque sólo entonces, protegida por ese velo, la persona se podía esconder de verdad.

El inglés de Negusi se reducía a tan sólo dos palabras: problem y no problem.
Pero con ellas nos comunicábamos en las peores situaciones. Esas dos palabras, más ese lenguaje extraverbal en que se convierte toda persona cuando la observamos atentamente y nos impregnamos de ella, bastaban para que no nos sintiéramos perdidos ni extraños y pudiésemos viajar juntos.

(R. Kapuscinski “Viajes con Heródoto”)

1 comentario:

  1. Bueno aquí empiezo a explorar y viajar por tu blog desde el principio. Dispuesto a enriquecerme de tus viajes y experiencias, y así poderlas compartir contigo con mayor intensidad. Mucha suerte con este nuevo proyecto. Y que sea una buena herramienta para desarrollar y aclarar las ideas.
    Un besazo,
    Padme.

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